lunes, 24 de diciembre de 2012


Desea feliz Navidad a Mancera desde el Reclusorio Norte
Doctor Miguel Ángel Mancera Espinosa, jefe de Gobierno del Distrito Federal:
Muy buen día tenga usted, doctor; el motivo de esta carta es para desearle una feliz Navidad y, claro, un próspero año nuevo, que disfrute de la deliciosa cena en compañía de toda su familia en un marco de felicidad, bondad, alegría y respeto.
Sé que usted tendría los mismos deseos hacia mi persona, pero desafortunadamente yo no podré disfrutar de todo lo que le deseo, ya que me encuentro preso en el Reclusorio Varonil Norte. Supongo que usted debe conocer mi caso y el de mis 12 compañeros y, claro, mi compañera Rita, pero para qué recordarle e incomodarlo con historias que no van de acuerdo con esta temporada navideña (como el plantón de la CNTE que hace ver fea su majestuosa pista de hielo en el Zócalo), para qué atormentarle de cómo sufrí la bestialidad de los cuerpos policiacos; la altanería, abusos e incompetencia de la PGJDF, y de la forma arbitraria con la que fui conducido a este reclusorio. Dejemos esos malos recuerdos, dignos de pasar al libro de la historia penosa de México, ya que en esta Navidad mi familia tratará de pasar una Nochebuena, aunque para serle sincero, todas nuestras familias continuarán en el infierno de tener a un ser querido en el reclusorio de forma injusta, ya que la verdadera justicia sólo es para la gente rica y poderosa, como usted debe saber. Pese a todo esto, de corazón, Dios lo bendiga. 
Sandino Jaramillo R.

lunes, 17 de diciembre de 2012

cabeza al cubo 16/12/12


Jorge Moch
tumbaburros@yahoo.com
Twitter: @JorgeMoch
El Gran Hipócrita
Es quizá infinita la hipocresía de esa hidra con cuerpo de gobierno, sus vasos comunicantes una intrincada red de complicidades turbias; su espíritu de permanencia la intocabilidad de la corrupción como usos y costumbres eternos; una dura coraza de impunidad y cinismo la histórica piel que la cubre; la represión como respuesta a clamores populares de legalidad y justicia en garras y colmillos con uniforme, tolete y tanqueta; una gran variedad de ponzoñas en las muchas tintas y plumas (y cámaras y micrófonos) con que se la arropa y justifica en sus quintacolumnistas cabezas de medios masivos, entre las que destacan las acromegálicas, injustamente ventajosas testas del duopolio falsamente competitivo de Televisa y TV Azteca. En ambos, cuerpo podrido y cabezas monstruosas del esternópago que se supone que existe para gestionar que los habitantes de este país seamos felices, pero precisamente provoca el efecto contrario, se repite cada cierto tiempo el mismo irritante esquema de los valores morales –sacados indirectamente de absurdos conservadores como el catecismo de Ripalda, ese conjunto de conveniencias que solemos clasificar como “buenas costumbres” o la distrofia moral que supone el andamiaje comercial de esa aberración mediática llamada Teletón, encaminada a facilitar la evasión fiscal a los emporios televisivos– como insignia de ese presunto mejoramiento colectivo de nuestras a menudo precarias condiciones de vida.
Los valores, nos dicen así, mencionados en conjunto de genéricas medicinas sociales, nos salvan de la barbarie. Pero vivimos en la barbarie como nunca lo imaginamos ni siquiera desde la Decena Trágica. La padecemos muchos, demasiados mexicanos en mayor o menor intensidad, desde la futilidad del embotellamiento causado por obras mal hechas –en las que suelen estar implicado el sobrino del compadre del licenciado como proveedor del municipio, de la delegación, del gobierno federal– hasta la horrenda tragedia del asesinato, el secuestro, la violación, la desaparición que muchas veces desembocan en el anónimo pudridero de una fosa clandestina o común, y tiene, si no nombres y apellidos –uno de los puntos débiles del aparato es que las víctimas tengan eso, cara, pasado, parientes, cariño–, sí una cifra horrible: más de ochenta mil en cinco años y medio.
En el discurso público, diseminado por los medios masivos y más que ninguno por la televisión, brotan palabras como solidaridad, progreso, lealtad, honradez o nobleza, pero luego se contradice la proclama en programas producidos para embobar a la gente (y adoctrinarla con algún disimulo falso) y cuyo contenido es esencialmente violencia verbal entre familias sacadas del lumpen, la institución de la infidelidad conyugal como función circense, la promiscuidad expuesta como espectáculo de lo que la misma televisión rastrera ha fabricado con etiqueta de “famosos” o “celebridades”:  cualquier pendejo (bueno, analfabeta más o menos funcional, para dispensar el epíteto del misántropo), cualquier lagartona cazafortunas que salga a cuadro semidesnuda, haciendo que canta, diciendo que es actriz o histrión, jurándose que un zangoloteo febril es danza coreografiada; cualquier mediocre que suele aparecer en pantalla con micrófono enfrente es personalidad epónima de la farándula, a la que se la supone estúpidamente una suerte de clase aparte, de nobleza mediática. Y ni qué decir de la cotidiana manera en que la realidad arrebata su propia estafeta a la versión que desconstruye la televisión. Increíblemente –hablemos, si se quiere, de un homenaje cruel a la pluralidad–, el mismo país que dio cuna, asilo, vida o inspiración a los Flores Magón y Zapata, al doctor Atl, a Diego Rivera, a Jorge Ibargüengoitia, a María Rojo, Carmen Mondragón, Carlos Monsiváis, Ernesto de la Peña, Elena Poniatowska o el clan Taibo, ha parido engendros como Emilio Azcárraga Milmo o su yúnior, los primitos Salinas con su dadivoso primo y padrino Salinas de Gortari, Jacobo Zabludowsky, Raúl Velasco (o su primito del alma, Miguel Alemán), Lucía Méndez, Carmen Campuzano, Patricia Chapoy o cualquiera de sus vulgares versiones de más de lo mismo, de futbol como elemento de distracción, de guapas y bellos de telenovela, aunque sean de silicona, toxina botulínica y libretos de absurdo. De personeros de la mentira y la corruptela disfrazadas de seamos felices, prendamos la tele y olvidemos el resto. Porque ese resto, a escondidas, siempre es negocio. Y allí, en el cochino dinero, está el origen de nuestras desgracias.

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LA KUASI RESISTENCIA 15/12/12

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lunes, 10 de diciembre de 2012

CABEZA AL CUBO 9/12/12


Jorge Moch
tumbaburros@yahoo.com
Twitter: @JorgeMoch
Apatía confesa
No me interesa el relevo de poderes presidenciales porque es la misma farsa hipócrita, inmoral e impresentable de las últimas décadas, el puro guardar apariencias de presunta democracia, de que habitamos un país y no una franquicia, de que somos república independiente y soberana y no patio trasero, cliché, mal ejemplo mundial. No hay cambio de paradigmas ni castigo para delincuentes históricos. Qué flojera ver a dos tipos señalados por sus repetidas traiciones a todo lo que juran defender: la Constitución, la calidad de vida de los mexicanos, los intereses de la nación, escondidos a la medianoche en un recinto vedado al pueblo mexicano, a la prensa, a la verdad. Felipe Calderón Hinojosa llegó a la Presidencia de México por una trampa y salió a la medianoche por otro rincón. Qué me importa a dónde se vaya a vivir el infeliz, seguramente con miedo por el tiempo que le quede de vida, enano cobarde. De sus manecitas manchadas con la sangre de miles de mexicanos inocentes y culpables asesinados en pos de su impostura, Enrique Peña Nieto, después de una de las campañas electorales más sucias y tramposas que hayamos visto en los últimos cincuenta años, recibió el cargo mal habido de noche. De día lo protestó mientras afuera se armaba la gorda entre balazos de hule, gas lacrimógeno y bombas molotov que pronto sus corifeos achacaron a lo poco que queda de real oposición al neoliberalismo salvaje en este país. Si así llegó, quién sabe cómo se vaya a ir.
Me importan un bledo las crónicas estúpidas que hablan del enroque nefasto como si nada malo pasara, como si se tratara solamente del protocolario glamur de la política sin decir que es una política puerca, que esconde esquinazos para el pueblo mexicano, que los grandes intereses nacionales han sido trucados por los del mercachifle internacional, las desbocadas compañías petroleras, los bancos que pierden dinero en todo el mundo, pero en México reportan ganancias chupadas al sacrificio de millones de mexicanos que quizá eso merecemos, ser víctimas propicias por agachones y convenencieros. Qué asco, qué hueva leer los comentarios imbéciles de los que para quedar bien con el poder corrieron a reclamarle a López Obrador y a sus correligionarios los desmadres causados por vándalos que, sin embargo, muy genuinas razones de rabia tendrán ante tanto cinismo y tanta ratería. Qué me iban a interesar las crónicas de sociales que hablan de la bonita familia recién llegada a la residencia oficial de Los Pinos, si para una de sus integrantes yo no soy más que un pobre pendejo más de la prole que critica a su padre por sus turbios enjuagues políticos y de negocios o por haber sido candidato de utilería, maquillaje y teleprompter, diseñado en un foro de televisión.
Qué puedo encontrar de nutricio o de esperanzador en los nombramientos que tanto revuelo causan, si basta ver en la titularidad de la Secretaría de Educación, ese trono desde donde se dirigen las políticas educativas y culturales de este país que alguna vez se pudo jactar de eso, de sus educadores, a otro exgobernador del estado de México vinculado estrechamente –igual que ése al que hoy tenemos que llamar  “presidente”– al grupo de rufianes que encabeza el padrino de todos ellos, Carlos Salinas: Emilio Chuayffet Chemor, señero responsable de que un personaje oscuro y nefasto como Elba Esther Gordillo se enquistara en el sistema educativo nacional, engordara la tripa con las cuotas sindicales de los maestros de este país, de que los convirtiera en grupos de choque, en elemento de presión, en divisa electoral. Cómo creer que Chuayffet, en pos de la educación nacional, va a meter a saco a una de las más retorcidas operadoras políticas del pri que vuelve a sus anchas, con retóricas orladas de promesas, con lo que ellos llaman paso firme y muchos vemos como burda tropelía. Mejor ver un capítulo de Bob Esponja, un refrito de Los Polivoces, videos musicales, que las entrevistas a modo al impuesto presidente Peña, a sus cercanos colaboradores que ya gozan los usufructos del poder: la cartera de Gobernación, la de Hacienda, la de Comunicaciones, todas a modo y encaminadas hacia la felicidad de las chequeras de todos ésos, los que aparecen en las fotos y los que acechan en las sombras, en mullidos sillones en grandes despachos frotándose las manos, riéndose de nosotros, ésos a los que mi querido Paco Ignacio Taibo II clasificó con tino como unos perfectos perversos hijos de la chingada, y han vuelto, según parece, por sus revanchistas fueros.

martes, 4 de diciembre de 2012

QUIENES SON LOS TIRANOS??


Quien dice que son los represosres???
Los ciudadanos que no tenían mas que lo que encontraban en el suelo o los policías que tenían armas, quien va a pagar por la sangre de nuestros heridos?

programa de 4 de diciembre LA KUASI RESISTENCIA