martes, 25 de enero de 2011

CABEZA AL CUBO

Jorge Moch
tumbaburros@yahoo.com

Tartufo, su opereta y la mano izquierda de Susana

México, el del tartufo que ni rodeado de guardaespaldas con la punta del pie asoma a la calle, no es un país: es una opereta. Una opereta mediática y de propaganda macabra, lúgubre, rota, de caños al aire y zanjas con muertos, donde mucha gente prefiere hacer como que no pasa nada, como que lo peor de la vida es el alza de los precios, la insolencia de la servidumbre, los demasiados pobres pero porque afean las calles, no porque sean la carne viva del desaliento, y de todos modos una propaganda inútil para la gente que desconfía.

La república de lo minúsculo ha llegado a extremos de abyección y aberración que dejan al testigo mudo de estupor. Los ejemplos valen en cualquier ámbito de la vida nacional. La televisión, la radio y no pocos portales de noticias en internet siguen haciendo el juego zafio al tartufo y, en lugar de ser sus críticos, son sus correveidiles, sus dilectos canales de una mentira que en la esencia huera de su necedad es más bien un insulto. Hay un anuncio que habla de vivienda para los mexicanos, de que “en el gobierno del presidente”, así, sin decir el nombre ni el apellido del tartufo cobarde que prefiere escudarse en ambiguos cortinajes, los mexicanos tienen más acceso a vivienda digna. A ver si el tartufo odioso, si sus compinches dueños de licitaciones puercas, contratos turbios y constructoras abusivas viven en esas casas diminutas, construidas con materiales de mala calidad y en sitios de riesgo; a ver si cualquiera de esos infelices de voracidad sin fondo llevan a vivir a sus hijos a esos nidos de sociópatas con la falta de espacio, de agua, de árboles, en fangales anegados de precariedad disfrazada.

Hay otros eructos del régimen de gnomos que sin guardia pretoriana quedan en lastimosos batracios aterrados de sus congéneres, porque bien saben lo que le deben a este país, lo que han mentido, robado, secuestrado, asesinado, corrompido. En días pasados el Congreso minúsculo, también, como todo en este desgobierno, se mangó una de esas inútiles campañas de limpieza cosmética para que pensemos algún día que diputado o senador no es sinónimo de escoria oportunista y el colmo del cinismo, del tácito precepto de la violencia institucional fueron esos anuncios, digo, en que los congresistas, como consorcio paternalista con potestad de la felicidad ajena daban la bienvenida a los paisanos migrados a Estados Unidos –pues cómo no los iban a saludar, si a más de uno le salivan los bigotes con las divisas que la diáspora supone–, y llegaron a la absurda oferta, repito: en anuncios transmitidos en cadena nacional, de proporcionar a los visitantes repatriados una especie de salvoconducto para evitar abusos… de las autoridades.

Pero nada, nadie tan cínico, tan marrano, tan sucio como el mismo tartufo Calderón, hablando engolado, crecido, engallado detrás de su valla de gorilas erizados de armas cuando se atreve a desbarrar de nuevo con una bravata: que “de no haber actuado, el crimen habría llenado el país […] incluso al más alto nivel”. Esto cuando en Acapulco aparecieron decenas de jóvenes decapitados. Cuando siguen impunes los crímenes, los asaltos, los secuestros y los asesinatos de que son víctimas miles de mexicanos todos los días, muchas veces a manos de miembros de las mal llamadas fuerzas del orden, que no son sino, salvo honrosas, escasísimas excepciones, manifestaciones de la podredumbre y la corrupción, el salvajismo, la brutalidad que signan la convivencia en México. Dijo esto, el tartufo “de las manos limpias”, sin atreverse a mencionar los treinta y cinco mil muertos violentos que nos debe, el infeliz. Lo dijo cuando en Juárez aparecía, mutilada su mano izquierda, el cadáver de otra activista asesinada en aquella ciudad convertida en trinchera, tierra de nadie, pasto de chacales. Una muestra de la porquería, además, cómo un personero de Televisa y en ello de ese cataclismo de derechas que ha arrasado la conciencia cívica y la más elemental decencia, hacía el juego exculpatorio al procurador de justicia de Chihuahua y sus delirantes explicaciones del asesinato de Susana Chávez. Callaron a Susana como callaron a Marisela como callaron a Digna como pretenden callar a quien les resulte incómodo, antipático, molesto. Y no nos engañemos. El cinismo del tartufo es deliberado, claro y manifiesto. No importa la sangre en las calles, sino la maniobra electorera que está por venir. Su dios nos agarre confesados.

Pero con la mano izquierda bien cerrada en alto, empuñando lo que nos queda de dignidad.

viernes, 21 de enero de 2011

FALLECE EL MAESTRO FAUSTO TREJO


Fausto Trejo, de los Imprescindibles

Benjamín Flores de la Vega *

El hombre fue clave en la organización de la Coalición de Maestros de Enseñanza Media y Superior Pro Libertades Democráticas y es el único sobreviviente de esa organización y parte del conglomerado que participó en el movimiento estudiantil y popular en 1968.

Sobran los personajes con los que estamos en deuda, porque ante nuestra existencia unas veces positiva y otras no, ellos nos ponen el ejemplo a seguir. Amas de casa, profesionistas, artesanos, padres de familia, hijos que llegan a superar a sus padres, sin diferencia en edades o en géneros, que destacan porque hacen lo acertado y con mayor razón, lo que debiéramos o quisiéramos hacer los demás.

Son gente que parece común y corriente, pero están cargados de valores; tienen un alto concepto de la moral, el prójimo les reconoce autoridad, se ganan un lugar de preponderancia, su compromiso es para con los demás, actúan de palabra y de obra con el desprendimiento que permite el desinterés.

Destacaron por la riqueza de sus planteamientos en los foros de discusión habidos durante el movimiento estudiantil y popular en México en 1968 un sinnúmero de personas. En los centros de estudios las asambleas permitieron conocer a aquellos que tenían madera de líderes, sea que estaban en formación o ya tenían una militancia a la que los llevaba una vocación social o política. En ese conglomerado inconforme ante la injusticia o la falta de democracia, entre los maestros estaba el doctor Fausto Trejo Fuentes quien reafirmaba ante la sociedad sus convicciones, desde su activismo a partir de 1951, hasta su papel como veterano impulsor de los partidos políticos de izquierda desde 1971 a la fecha.

El hombre fue clave en la organización de la Coalición de Maestros de Enseñanza Media y Superior Pro Libertades Democráticas y es el único sobreviviente de esa organización y parte del conglomerado que participó en el movimiento estudiantil y popular en México en 1968.

De aquel 2 de octubre dijo y lo reitera el maestro Fausto Trejo que ese genocidio resonará por siempre en la historia mexicana, como la mancha más criminal y sanguinaria de un Estado represivo en contra de un movimiento de lo más limpio.

Trejo llegó a la Coalición de Maestros con una formación académica como médico cirujano y partero titulado en 1954 en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), llevó cursos de especialización en materias de sicología, sexología y sicoanálisis. Tres cursos, uno dirigido por Erich Fromm de 1952 a 1966. De sus actividades docentes dejó huella de sicología en la cátedra, en la Facultad de Medicina de la UNAM, en el Instituto Nacional de Bellas Artes, en el Instituto Politécnico Nacional, en la Universidad Autónoma del Estado de México, en la Universidad Obrera de México y conferencista para médicos en el Instituto Mexicano del Seguro Social.

Además del desempeño profesional y en la cátedra, Trejo llegó a ser director de las preparatorias populares de 1972 a 1980. En ellas impartía la materia de sicología.

Para el genocida Gustavo Díaz Ordaz todo aquel que había participado y con mayores ganas aquellos que destacaron en la muestra de inconformidad y en las exigencias de democratización durante el movimiento del 68 tenía que pagárselas. Trejo, sobreviviente de la masacre del 2 de octubre, fue a dar a la cárcel. Los cargos se enfocaron en que fue miembro de la Coalición de Maestros. Sus planteamientos, sin perder las dimensiones, sus consideraciones con toda la amplitud del fenómeno político y social, el reconocimiento hacia su persona, fueron más que suficientes para que el sistema volcara en él, al igual que sobre otros, su estructura represora disfrazada en legalidad.

El gobierno de Luis Echeverría hizo su maniobra para quitarse el problema del descrédito ante la opinión mundial, de tener presos políticos en Lecumberri. Con el cuento de un indulto, desterró a Fausto Trejo al igual que a otros y los envió a Uruguay, Perú y Chile. Estuvo en Montevideo del 1 al 13 de mayo de 1971 y como respuesta a las grillerías , cambió su exilio a Santiago de Chile, de mayo a agosto de 1971.

Después de todo lo pasado y escarmentado, Trejo no se quedó quieto y continuó en su militancia y activismo en la izquierda mexicana. En un intento para restarle bríos, la policía de El negro Durazo, de José López Portillo, procedió y fue secuestrado del 11 al 23 de octubre de 1981 para administrarle tortura sicológica. Tres simulacros de fusilamiento vivió a manos de los expertos en hacer declarar a las piedras o consumar desapariciones más rápidas que las de David Coopperfield.

Para el Estado absolutista, sea cual sea su estilo desde dictadura blanda hasta la dictadura descarada y sin tapujos, los que le resultan malos ejemplos que dan los seres íntegros es un reto. El aparato estatal pretende mantener lo que él llama democracia por más que mantenga la imposición de sus caprichos e intereses por encima de la voluntad de la mayoría.

Nacido en Pachuca, Hidalgo, el 4 de agosto de 1925, suma 80 años bien vividos, con una familia sólida enriquecida por el mundo del que se ha rodeado, incluido el beisbol, porque está integrado en el equipo de los Diablos Rojos del México. Por eso su domicilio y su consultorio se ubican en las proximidades del Centro Médico Nacional, tanto para hallarse a una distancia similar del Politécnico como de la UNAM y que no le quede más lejos el beisbol, sea la zona tradicional a donde aún acuden peloteros o el parque en la Mixhuca. Además se siente obligado a vivir a prudente distancia del Parque Hundido, donde es un conocido parroquiano. Un detalle: que no le toquen ritmos afroantillanos porque de inmediato se suma al compás de la música

De su militancia, activismo e inconformidades, continúa al mismo ritmo. Han cambiado los tiempos pero la persona sigue siendo la misma y si el Quijote se lanzó a desfacer entuertos Fausto Trejo Fuentes sigue exactamente en eso.

Se acabaron los héroes nacionales y ahora son los héroes sociales los que sacuden al mundo, lo transforman y lo mejoran. Son esos personajes que marcan el camino y cuya trayectoria invita a seguirlos.

Jamás perderá vigencia el pensamiento de Bertold Brecht, ese que refiere que aquellos que dan la pelea social una vez son buenos y los que la dan con frecuencia son mejores, en tanto que los empeñados siempre en la superación humana son imprescindibles. El amigo, el camarada, el médico, el maestro, ha sido y es precisamente uno de esos, de los imprescindibles.

martes, 18 de enero de 2011

CABEZA AL CUBO

Ecos rancios de un año maldito

El primer día de este año me levanté muy temprano. De todos modos no había podido dormir, porque la estupidez humana se regodeó en el estampido –excepcional pero previsible– de los cuetones de fiesta y no pocos balazos, esperados con acrimonia y también resignación. Hacia las seis y media de la mañana el cielo parecía prometer un remiendo deseable: oros que pintaban la barriga a una alta cúpula de cirrocúmulos, un horizonte inflamado, una sinfonía silenciosa, violentada por el empeño imbécil de algún vecino con su aparato de sonido todavía a todo volumen, pringando el aire de resabios olvidables. Otro idiota, o quizá el mismo, insistía en hacer toser pólvoras. Con tanto trueno mis perros estaban enloquecidos y la hembra, cargada y a término, abortó.

Más que festejar el año nuevo, la Negra y yo pasamos la noche tratando de sepultar el viejo. Un año pinche, jodido, malo. Un año de mal gobierno, de violencia desatada en México y el resto del mundo, un año que nos hizo a menudo mala noticia en periódicos que no leemos y televisiones que no vemos. Más que un rincón exótico para el primer mundo, de turismo de aventura nos convertimos en turismo letal, lugar indeseable, de masacres infames, de crueldad y de una estulticia que parece no encontrar su delta, nomás corre y corre, caudal de tozudeces sangrientas, de indiferentes desprecios, de elementales necesidades y deudas históricas sin saldo a la vista. Quizá peco de melodramático pero Dos Mil Diez, tan breve de nombre y apellidos, más que un año se antoja que fue castigo. Lástima que soy incrédulo porque al menos tendría un dios al que culpar o una virgencita a la que pedirle algo mejor, como tanto anduvieron recomendando en la tele los corifeos de lo Inmundo Inmanente. Pero la culpa es nuestra. Lo pintó en su punto Augusto Monterroso con su breve y más conocido y multicitado mini cuento del que se despertó un día para topar con el desaliento: allí seguía el dinosaurio. Allí sigue, con su cohorte de chacales, de buitres, de hienas, cocinando sempiterno caldo de traiciones, de chantajes y abusos disimulados en el discurso engolado de la corbata ñoña, ésa que es cobarde pero se engalla al centro de su valla de guardaespaldas o más de a pie en las calles de este país desguanzado, en la extrema aberración de la amenaza que ladra quien empuña la culata a plena luz.

Pero como somos animales necios nos queda la esperanza. La ciframos, le ponemos Dos Mil Once en la etiqueta de sucesor bueno, el que cambie de mueca a sonrisa, porque seguimos creyendo que algo de futuro queda. Aunque las evidencias del pasado apunten a otro lado, el ya vivido, el de los muertos, el final de la historia que ya sabemos en qué acaba.

Todavía están los medios masivos, las televisoras, la radio, los portales de internet haciendo recuentos de las noticias, las personalidades, los chismes que más asomaron cabeza durante el año pasado. La frivolidad de los medios sepulta la conciencia colectiva de la realidad dura: dos mil diez fue un moridero de gente, famosa y no. No puedo dejar de lamentar la desaparición de tantos escritores y pensadores en tan poco tiempo; la conciencia intelectual de una generación completa se nos fue como agua, mientras millones de seres humanos sucumbieron a catástrofes naturales, como erupciones volcánicas, olas monstruosas y furiosas sacudidas del subsuelo, o por causas provocadas por el hombre mismo, como en Afganistán, Irak, México. Solamente víctimas fatales de cataclismos se contaron en cerca de trescientas mil, un récord macabro. Se murió la gente de a pie, se murieron ricos y pobres, boxeadores y peatones, actrices y cantantes, desde Hollywood hasta Nairobi y de vuelta. De Dennis Hopper a los últimos muertos por hambruna, enfermedad y guerra en Darfur; de guerrilleros despedazados a dictadores que se murieron tranquilitos, entre sábanas de seda, en el exilio.

En Hispanoamérica y México Dos mil diez fue el año maldito en que fallecieron demasiadas cabezas lúcidas, demasiadas plumas que sustentaban la conciencia crítica: Carlos Montemayor, José Saramago –quien acuñó el concepto del sano pesimismo–, Carlos Monsiváis, Juanito Hernández Luna, Tomás Eloy Martínez, Germán Dehesa, Miguel Delibes, Rodolfo Fogwill, pero también Jerome David Salinger, Allan Sillitoe, Denis Guedj o Joseph Stein.

Sino agridulce, la vida sigue a trompicones aunque se mueran los mirlos y los poetas por pirotecnias o disparos. Cuánta razón tuvo don Tito. El monstruo seguía allí. Éramos nosotros.

Estamos aquí

jorge moch.

martes, 11 de enero de 2011

CABEZA AL CUBO

Vasallaje vecinal y una gris navidad

La tercera guerra mundial, dice un amigo, está en curso. No hay bombas ni metralla, excepto lejos del hogar donde la tele ofrece villancicos y villamelones y siempre que así resulte provechoso a los augures de las directrices financieras, los giros bursátiles y los vaticinios crematísticos. Es entonces más bien cosa pecuniaria, de planeación estratégica y penetración comercial. Es economicotecnológica; subrepticia, con la sonrisa de Obama al frente, las palmaditas del Banco Mundial a la espalda y el peso avasallador del nuevo colonialismo sobre los hombros. Y la perdimos hace muchísimo tiempo por un sinfín de razones ya históricas e histéricas pero principalmente, según aprendí de mi fugaz carrera burocrática, porque en materia de análisis prospectivo somos un cero a la izquierda, y por tanto no tenemos ninguna capacidad de previsión a los plazos mediano y largo. De allí la absoluta desconexión entre los programas de desarrollo estratégico de un gobierno y los de sus predecesores o herederos; de allí las luchas intestinas por el poder entre grupúsculos mezquinos y de allí la cauda de vicios clientelares y electoreros que viene a sumarse en nuestra acibarada historia de los últimos cincuenta años. Por eso la sempiterna posición de desventaja que tradicionalmente ocupa México frente a Estados Unidos.

A diferencia nuestra, en algún momento de su formación nacional, Estados Unidos se dio a la tarea de establecer parámetros y directrices futurísticos, asertivos y terriblemente injustos con sus vecinos y el resto del mundo, pero provechosos para ellos; ahí está el Destino Manifiesto donde se describen a sí mismos como escogidos por su dios para hacerse con el liderazgo del mundo y ahí, de modo regional, la enorme bofetada panamericana que supone la Doctrina Monroe. Ahí, también, la imposición brutal de “su” dogma económico: el capitalismo salvaje disfrazado de “libertades individuales”. Allí la banalización del hombre que explota al hombre: si te toca ser explotador o explotado, dicen, depende de tu propia iniciativa. Allí los desbarres diplomáticos hechos públicos afortunadamente por el hoy anatematizado señor Assange y su Wikileaks, tan vapuleado por los estadunidenses, tan maldito por ellos y tan necesario para el resto del mundo.

Pero de este lado del muro el gran ausente en el discurso oficial es el orgullo reivindicador, la nimia defensa de la soberanía. Una ausencia palpable también en nuestros medios masivos; la defensa de los pobres, de los desposeídos, de los marginados. Es como si en la televisión prácticamente no existieran los pobres, excepto en notas de arrabal, allá, lejos de la comodidad del hogar, donde sintonizamos la porquería a la que ya nos acostumbramos, nos hicimos adictos, la reclamamos como cosa necesaria y cotidiana.

Los gobiernos mexicanos, entrenados por los estrategas de la aldea global, han servido espléndidamente su parte en el juego de convertirnos en un accesorio de la planta productiva de las potencias económicas. Perdón, de La Potencia. Podría decirse, siendo malpensados, que toda esta atmósfera de pobreza que sigue cerrando la tenaza en el pescuezo al proletariado mexicano forma parte de una estrategia terriblemente perversa de convencimiento forzado, para que hagamos un día como el pueblo puertorriqueño y optemos por la anexión al imperio, o peor aún, para que ésta, como parece estar sucediendo, opere de facto sin que resulte necesaria la ciudadanización del vasallaje de este lado del Bravo. Miles de mexicanos migraron ilegalmente y buscan evitar la deportación, pero miles también, sobre todo quienes tenían una posición acomodada en muchas ciudades fronterizas, viven de hecho como ciudadanos estadunidenses porque la inseguridad en sus comunidades se volvió insoportable, reses inermes en medio del matadero provocado por la necedad de Felipe Calderón y la impericia y corrupción de sus subalternos, con y sin uniforme.

Y mientras la canasta básica se vuelve inalcanzable y se vulneran desde el gobierno, en lugar de defenderlos, los derechos de los trabajadores; mientras siguen cayendo por miles los muertos en el país, y se cierran escuelas y universidades y hospitales en lugar de multiplicarse, los empleados –los siervos, já– de la nación se regalan bonos de navidad y paquetazos de año nuevo, automóviles, viajes, canonjías robadas al pueblo.

Y luego me preguntan algunos, con buenas intenciones, por qué no sonrío en esta navideña época... tan de importación y tan ridícula, por cierto.

sábado, 8 de enero de 2011

GIRA DE LA LEALTAD

GIRA 01 Estado de México: ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR

FECHA: Del jueves 06 al domingo 09 de enero de 2011

ESTADO DE MÉXICO: Ocuilan, Malinalco, Tenancingo, Tepetlaoxtoc, Papalotla, Chiautla, Ecatzingo, Atlautla, Ozumba, Tepetlixpa, Amecameca, Atizapán de Zaragoza, Tlalnepantla, Cuautitlán Izcalli, y Tepotzotlán.


JUEVES 06 DE ENERO DE 2011
16:30 horas Mitin en Ocuilan
18:00 horas Mitin en Malinalco
19:30 horas Mitin en Tenancingo


VIERNES 07 DE ENERO DE 2011
17:00 horas Mitin en Tepetlaoxtoc
18:30 horas Mitin en Papalotla
19:45 horas Mitin en Chiautla


SÁBADO 08 DE ENERO DE 2011
11:00 horas Mitin en Ecatzingo
12:30 horas Mitin en Atlautla
14:00 horas Mitin en Ozumba
16:30 horas Mitin en Tepetlixpa
18:00 horas Mitin en Amecameca


DOMINGO 09 DE ENERO DE 2011
11:00 horas Mitin en Atizapán de Zaragoza
12:30 horas Mitin en Tlalnepantla
14:15 horas Mitin en Cuautitlán Izcalli
17:00 horas Mitin en Tepotzotlán