EDITORIAL
Fui a buscar al puesto de revistas los encabezados del lunes (ya me veía como es costumbre) con aquellas frases de: renegados se juntaron en el zócalo, apenas fueron unos cuantos, solo juntan a sus adelitas y se esconden bajo de ellas y todo ese lenguaje socorrido queriendo desacreditar a nuestro movimiento… y cual no fué mi sorpresa cuando al acercarme mire en primera plana unas fotos en todos los periódicos, de un jugador de futbol el cual tenía la clásica pose de ser el héroe de la película, primero pensé en Pelé que por esos días habló de Hugo Sánchez, no era él ni tampoco era el interfecto, luego pensé en Beckman pero no, al acercarme vi que todos los diarios tenían unas fotos increíblemente grandes de un tipo del cual no supe ni el nombre y por cierto me enteré que había perdido el América. ¿Y la resistencia? claro junto con Andrés Manuel en un espacio pequeño y por ahí de pasada, lo importante en un México de ensueño y de telenovela era el juego del hombre, 22 humanoides corriendo tras una bolita que la mayoría del tiempo estaba fuera de la cancha. Entonces pensé que en este país se jugaba un encuentro de futbol los de la derecha contra los de la izquierda y este domingo ganamos el pase a cuartos de final, por supuesto somos los de la izquierda y como no, si contamos con un entrenador capaz de aniquilar a los adversarios y para muestra este jueves las adelitas con un pase exacto tomaron las calles y demostraron su poderío burlando con una triangulación casi perfecta el área enemiga, mientras la gran defensiva a las 12 del día avanzaba tomando el terreno, guiadas por una delantera que al mando del FAP subieron a la tribuna del senado y sacando de sus pantaloncillos una lona enorme clausuraron al senado mientras el equipo contrario quería faulearlos y con sus tacos llevarlos al suelo y claro que los árbitros esos nazarenos del balompié miopes por consigna los que vieron limpias las elecciones y limpias al de las manos sucias y no podrán mentir al evocar a Mario Marín que salió mas blanco que el comercial de medio tiempo el del jabón quitamanchas, esos árbitros que solo buscaban agarrar a la resistencia en fuera de lugar y provocar un penalti también contra ellos este equipo sensacional luchó para correr por la banda izquierda y llegar a la meta para meter ese gol que nos hinchó el corazón y nos tiene a un paso de la victoria y no como la selección nacional que siempre es “ya merito”, nosotros, el pueblo de México, salimos a darlo todo por la camiseta y junto con nuestro entrenador Andrés Manuel ganaremos la copa de un país mejor.
Y aunque el equipo espurio quiera recoger el balón diciendo que es suyo se lo arrebataremos.
Porque ese balón (PEMEX) ha sido y será nuestro desde 1938.
PEMEX NO SE VENDE SE DEFIENDE
(escrito por Cuasi)
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