Besos de sal y arena…
Beso tus labios húmedos de fuego fatuo,
llama ardiente,
quemante que es tu lengua,
insolente, traviesa, imperiosa,
¡¡¡me penetra!!!,
me consume, devora, me aniquila,
se me enrosca altanera, egoísta, quejumbrosa.
Beso tus hombros,
tus huesos desnudos, tu cintura.
tus vertebras , tus
costillas.
Beso el inicio de tus blancas nalgas
y el rincón prohibido donde mana leche.
Muslos abiertos despejados,
en compas de espera
transitados,
de esperas, de noches de insomnio taciturnos.
De pasivas entregas,
de arrebatos,
de maldiciones,
poéticas contradicciones.
Poniendo en mis manos desafíos,
entre los límites de la lujuria,
entre el vaivén de nuestros cuerpos fatigados.
Beso el oblicuo botón que sobresale
rosado, sensible, insatisfecho,
fulgente alegórico telón
donde repongo
aa sed que sacia fantasías.
Beso tus labios, ufano, poderoso,
soberano de placer, de poseerte.
Trepo las paredes de tus acantilados,
me sumerjo en tus grutas, poliformes,
de aguas tranquilas en sus riberas,
guardando secretos
en sus profundidades,
de remolinos aprisionastes de mis huesos.
Ante tal magnitud de tus reflejos
y ante tal movimiento cadencioso
confieso pecados no cometidos.
Expiro sudores, vapores,
que exhalan de mi vientre,
donde dejan su marca tus caderas.
Entonces,
prendido así a tu lado,
me siento esclavo de tus besos,
besos de sal, besos de arena.
G.C.
18/01/2016
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Que bonito chayito
ResponderEliminarSiempre es grato leer tus poemas Rosario
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